El día que Norman Messenger descrubrió el País de Jamás lo Creerás, se encontraba en su barca holgazaneando plácidamente sobre las aguas. Y entonces, de repente, allí estaba: una isla en la nunca había reparado antes. Tenía que explorar y describir este lugar, y algo le decía que debía hacerlo cuanto antes...
La imaginación nos permite salir de nuestra rutina diaria, eliminar las ideas preconcebidas y descubrir lugares mágicos. La divertida e ingeniosa isla de Norman Messenger, sus enigmas visuales y sus preciosas ilustraciones nos abren los ojos y la mente, permitiéndonos ver y pensar de manera diferente. Con un poco de imaginación el mundo puede convertirse en un lugar completamente distinto...