La vida es un viaje. Creemos saber a donde nos dirigimos y, cuando menos los esperamos, la vida nos coloca
en medio de un desierto. Hay paisajes emocionales difíciles de vivir pero imposibles de evitar. La vida es una
exploración de nuestros paisajes interiores y exteriores, un camino de crecimiento unido a un aprendizaje: aprender a
perder. Los conflictos, las pérdidas, las enfermedades y la muerte son causa de un sufrimiento que en parte puede ser
evitado porque deriva de nuestra incompetencia emocional. Podemos prepararnos para vivir y acompañar mejor las
situaciones de crisis aprendiendo a realizar un trabajo de equipo entre razón, sensibilidad, sentimiento, voluntad y
acción. La inteligencia emocional puede mejorarse a cualquier edad y nos facilita la construcción de relaciones
creativas y de calidad incluso en situaciones vitales muy duras. ¡La vida es una gran oportunidad!