Según la tradición, los ángeles son seres espirituales que nos protegen y nos guían en nuestro camino. A través de la imagen de los ángeles, Ramón Ollé repasa las claves que un auténtico líder debe desarrollar y nos recuerda la importancia de conservar los valores como pauta en la dirección de empresas y personas.
La figura de los ángeles nos ayuda a entender que las cosas más sencillas pueden llegar a ser determinantes si se comprenden bien. Ollé demuestra que muchos problemas cotidianos se pueden solucionar fácilmente si hacemos un diagnóstico correcto y ponemos a las personas por delante de todo los demás.
En definitiva, no es más que intentar mejorar nosotros mismos, ponernos al alcance de los demás, ser más comprensivos y saber que la fuente de toda buena relación en la empresa arranca de lo más íntimo de nosotros mismos.