El mundo seguro y feliz de un niño puede verse destrozado por el impacto de una seria enfermedad o accidente, muerte o separación, violencia o desastre natural. No podemos proteger a los pequeños de todos los males. Pero con este libro podemos enseñarles habilidades para que sepan vivir los momentos más difíciles y cambiantes, calmar sus temores, aliviar su tristeza y asegurarles que ellos, al igual que los duendecillos de estas páginas, serán siempre amados y cuidados.