Cuando mi tío Quino viene a comer a casa,
se sienta a mi lado y jugamos al avión.
La comida puede ser un momento de diversión y
una oportunidad para estrechar lazos afectivos. A
través del juego, tío y sobrino crean un vínculo, al
tiempo que lo hacen con el resto de familia.
Una manera divertida y sabrosa, a través
del sentido del gusto, de crear recuerdos
multisensoriales que irán formando la base de la
memoria.