Si bien el diario de Wlater se centra en tres campañas militares, no hay duda que debe su fama a la tercera de ellas, la batalla de Moscú, la más importante en la que participó. Lo que singulariza su texto es el hecho de narrar desde el punto de vista de los soldados las dificultades extremas a las que se vieron enfrentados, su condición de auténtica carne de cañón mal alimentada, pero preparada para el frío, sometida a marchas brutales y víctima de sus propias divisiones internas.
Aunque publicado originalmente hace ya algunos años een una revista especializada, gracias a la edición de Marc Raeff (que incluye una amplia introducción, un texto del historiador Frank Melvin, seis cartas de soldados y una amplia selección de grabados de la época) este breve e interesante texto ha sido traducido a muy diversas lenguas y, por su singularidad, se ha convertido en una cita ineludible para los estudiosos de la época napoleónica.