La carrera en pos del poder económico y político, la lucha por las colonias, la rivalidad militar y los sentimientos nacionalistas fueron el germen que terminó con el estallido de la I Guerra Mundial, un conflicto que durante cuatro años asoló Europa, empobreciéndola, arrastrándola a la Gran Depresión de 1929, levantando los pilares de la II Guerra Mundial y, sobre todo, cobrándose la vida de unos 8 millones de combatientes, además de los civiles muertos y heridos.