Constandina es una adolescente griega que, por problemas de salud, se ve obligada a abandonar la ciudad alemana de Aquisgrán, donde reside con sus padres, y regresar a Atenas, donde vivirá con su abuela, sin encontrar el calor humano, las referencias existenciales anteriores. La convivencia con su abuela, antigua partisana contra los alemanes, es conflictiva y ambas se ignoran: La abuela porque no encuentra en su nieta ningún interés ni comprensión para su pasado antifascista durante la ocupación alemana y la dictadura de los coroneles. Y la nieta porque, para soportar esa convivencia, se aferra a un compañero de instituto, a su vez un desarraigado, cuya vida ha transcurrido también en Alemania, que la introduce en el consumo de pastillas, de drogas. Ambos sueñan con el regreso a una vida feliz.
"...Una novela muy especial que nos debería permitir rescatar a esta excelente escritora Premio Nacional de Literatura en su país" (Ana Garralón en Educación y Biblioteca, Mayo-Junio de 2006).