Junio de 1946. Cuatro niños rateros, obligados a robar debido a las duras circunstancias de la posguerra española, presencian un crimen en el Matadero Municipal de Madrid. Los asesinos los sorprenden, hacen desaparecer a dos de los chavales, y matan al tercero delante de su hermano. Su paradero quedará sin desvelar hasta muchos años después.
Septiembre de 2000. El caso de los niños desaparecidos resurge entre la niebla y llega a Corazón Rodríguez, detective privado. Las pistas lo llevan a Venezuela, donde conseguirá encajar todas las piezas. Aun así, el lector obtendrá claves que el investigador no llega a averiguar.