En el exilio, una familia catalana se instala en la hacienda La portuguesa, en lo más profundo de la selva
mexicana. Durante años, la familia, que espera con ingenua energía la caída de Franco y el advenimiento de la república,
se va enraizando en ese terreno salvaje en el que sólo sobreviven las cosas que siempre existieron. El protagonista,
en una de las peripecias vitales jamás contadas, va descubriendo las partes permeables y las paradojas de dos mundos -
el advenedizo y el preexistente- en un solo sitio.