«Quien sube a un tren en el que seiscientas monjas emprenden una peregrinación a Lourdes se alegra de encontrar un compartimiento para él solo, aunque al entrar le llame la atención un leve silbido de un tono extraño y, más todavía, el frío del ambiente en el que flota un olor acre». Así comienza todo. El viaje nos llevará a un parque sorprendente, a un barco y a un búnker donde algunos buscan protección ante el inminente fin de los tiempos. Muchas historias se relatan y se entrecruzan en un ambiente en el que casi todo parece posible: un encuentro con Federico el Grande o con Fausto, o con Don Juan. Completan el cuadro siete sobrinas, famosos compositores y hasta minúsculos funcionarios, y por supuesto el consejero del constructor de ruinas. En esta novela, Rosendorfer nos transporta, con talento y maestría narrativas, a un mundo tan alocado como punzantemente lúcido y revelador.