Durante la ocupación nazi de Holanda, en la segunda guerra mundial, los padres y los hermanos de la escritora de origen judío Marga Minco fueron deportados a campos de concentración. Ninguno regresó.
En La hierba amarga, su primera novela, Minco evocó con sencillez y distanciamiento sus recuerdos de los años de la guerra: la noche en que toda la familia se reunió para coser en los abrigos las estrellas de tela que los identificaban como judíos, el día que llegó la orden de reclutamiento para el campo de trabajo y las razzias que vaciaban calles enteras. El título se refiere a la fiesta judía del séder, cuando se come pan y hierbas amargas para conmemorar el Éxodo y simbolizar la hospitalidad hacia los extranjeros.
La fuerza de la obra de Minco proviene de su estilo lacónico, de lo que sugiere más que de lo que muestra; sus reminiscencias se alejan de cualquier dramatismo y dejan una impresión perdurable por la sinceridad de su escritura.
La hierba amarga, publicada originalmente en 1957 e inédita hasta ahora en nuestro país, está considerada como su obra más importante y un auténtico clásico de las letras holandesas.