Los cazadores del Paleolítico veían como su mundo perecía ante el empuje de una civilización que labraba la tierra y amansaba a las bestias. Estos depredadores no querían dejar las sendas de la caza, los fuegos del viejo clan, los bosques de la libertad y el culto a la Diosa Madre. La batalla resultaba inevitable y el último cazador, el último del clan de Nublares, se vio obligado a huir tras haber matado... Y encontró a otros hombres que habían hecho de la violencia su vida y abrían en los albores de la humanidad el terrible sendero de la guerra. Aprendió el camino de la sangre y alcanzó un puesto de privilegio entre los merodeadores. En las tierras bajas su nombre se convirtió en augurio de la desgracia, en preludio de la muerte. El último cazador es la novela que ahonda en la genética de la violencia, la dominación y el poder que ha perseguido al hombre desde la noche de los tiempos.