¿Por qué los poemas que forman las canciones de Dylan son tan buenos? Esa es la pregunta que se hace Christopher Ricks, considerado junto a Harold Bloom uno de los principales críticos literarios contemporáneos, cuando desmenuza las letras (o poemas) de las canciones de Dylan y analiza incluso el modo de interpretarlas (recitarlas) para averiguar dónde reside el misterioso atractivo que hace que se sigan escuchando cincuenta años después y sean referencia inevitable de casi dos generaciones y de la poesía contemporánea. Por si alguien dudaba de la calidad literaria del nuevo premio Nobel de Literatura, este estudio del catedrático de la Universidad de Oxford demuestra su indudable calidad como poeta. Ricks analiza con ingenio las composiciones más conocidas del cantante y poeta norteamericano, emparentándolo con los grandes poetas de la tradición anglosajona: T. S. Eliot, Gerard Manley Hopkins, lord Tennyson, John Donne, William Blake e incluso Philip Larkin. Ateo confeso e iconoclasta, Ricks recurre, como armazón para su análisis ?no sin cierto humor?, a pecados capitales, virtudes teologales y hasta ?gracias divinas?.