Entendiendo que, desde principios del siglo XVII, todo contribuiría a estropear el excelente gusto de la literatura, el crítico y poeta francés Nicolas Boileau escribió El Arte Poética con la intención de reinstaurar la estética del clasicismo, escribiendo una colección breve, completa y clara de los preceptos del Arte, al tiempo de exponer, con concisión y claridad, los defectos que debían evitarse.
Coincidiendo en este mismo planteamiento, el traductor de los versos franceses de esta obra al castellano, Juan Bautista Madramany y Carbonell, estaba convencido de que estos textos, llenos de delicadeza y finura, también contribuirían a remediar la “enfermedad literaria” que afectaba, a su parecer, a la literatura española.