Samanta y Hugo, amigos desde la infancia en las duras calles de
Ciudad Meridiana, en el extrarradio barcelonés, trabajan juntos en
la empresa de seguridad propiedad de Hugo. Sam necesita dinero,
mucho más dinero del que gana como escolta privada, para
procurarle un tratamiento a su novio que padece una grave lesión
medular desde hace doce años. Su amigo y jefe le propone un trabajo
ilegal y muy bien pagado que los arrastrará a ambos al oscuro
mundo del tráfico de medicamentos en un espiral de violencia y
traiciones. Los miércoles salvajes nos lleva desde las chabolas de
Accra, en Ghana, donde Sirhan y Lewa luchan por conseguir medicinas
que traten la diabetes tipo1 que aqueja a su madre, a los
entresijos del tráfico ilegal de medicinas comandado por María y
Joao, dos hermanos portugueses, y al frío y hermético universo de
la industria farmacéutica.