Nasha no es más que un chico de catorce años, pelo enmarañado, ojos grandes y una vida aparentemente tranquila. Al menos hasta el momento en que se despierta, de improviso, sobre un tejado, con una esfera de fuego en la mano. ¿Qué será? En su cabeza estallan mil preguntas, porque Nasha ignora todavía muchas cosas... No sabe que posee un Don. No se imagina que, detrás de su casa, existe un limbo, suspendido entre el mundo de la magia y el de la realidad, llamado Ningunlugar. Ni siquiera sabe que es el único que está en condiciones de vivir entre estos dos mundos.
Solo cuando conozca a Doban, el Diseñador de Cometas, será capaz de dar un sentido a estas preguntas...