Este libro es otra forma de mirar una ciudad. Porque sus capítulos, donde el humor y la ironía están presentes, configuran un conjunto de aventuras dentro de Zaragoza, con escenarios y personajes reales, con anécdotas y confidencias vinculadas en ocasiones a lo emotivo, que sorprenderán al lector. En estas páginas aparecen, como es lógico, episodios en la basílica del Pilar, junto al Ebro o en bares y restaurantes emblemáticos, sin que falten los pequeños detalles que pertenecen a lo cotidiano: el erotismo que desprende la vendedora de una perfumería, el pasquín publicitario de un vidente, la llamada de teléfono que pretende vendernos un seguro de vida porque la vida es lo inseguro o los encuentros casuales en la calle.
Todos hemos sido algo que ya no somos. Y eso mismo le ocurre a una ciudad. También Notas sobre Zaragoza del capitán Marlow es testimonio de esa afirmación.