El arte nos sitúa ante nosotros mismo: ya sea como testimonio histórico, ya sea como faro (la metáfora es de Baudelaire) que nos ilumina y proyecta posibilidades de ser. Es evidente que a lo largo de la historia cambiamos, del mismo modo que cambian las imágenes de nosotros mismos: el arte es un testigo excepcional para seguir esas transformaciones.
Esta fantástica obra despertará al lector grandes emociones a través de las obras de: Goya, Monet, Bruegel, Velázquez, Turner, Rembrandt, etc...