El mandala es una inspiración espiritual hindú con siglos de antigüedad que, por su forma circular, simboliza el universo, el todo, el principio y el fin de las cosas. Concentrando la atención en uno de esos círculos mágicos se puede practicar la meditación y alejarse de las preocupaciones diarias, que a veces pueden ocupar demasiado espacio en nuestra vidas.