El 12 de marzo de 2020, Goyo Rodríguez publica una ilustración en sus redes sociales. Un rostro humano con la boca tapada por una mascarilla con forma de casa. Un rostro, un contorno, que puede corresponder a cualquier de nosotros, y una casa de líneas infantiles. Esa casa que dibuja un niño por primera vez y que es el paradigma de todas las casas, esas en las que nos encerraríamos dos días después.