En un mundo cruel, Noé era un hombre bueno. Sin embargo, sus noches estaban preñadas de oscuras visiones, de tormentas interminables. El Creador le estaba enviando un mensaje: el anuncio de un castigo que acabaría con la raza humana.
«Aronofsky ofrece una interpretación muy personal del personaje del Génesis plagada de extravagancia, sorpresa, locura y pretensión. Un Noé que se toma pequeñas libertades con la Biblia.»
Le Figaro