Un trovador cuenta la historia de un tirano que quería conocer los pensamientos de todos sus vasallos para seguir siendo su amo; a tal fin convoca un edicto dirigido a sabios y artesanos, para que inventen un brebaje, un artilugio o una máquina que le permita estar a la vez en todas partes para así poder espiar a su gente. Los métodos propuestos por el Maestro Grabador, el Gran Alquimista o por el Astrólogo se revelarán infructuosos. Por fin es el Luthier quien presenta una solución milagrosa, un simple instrumento: un metrónomo, capaz de suspender el tiempo y el curso de la vida.