Cuando el tutor de Álex Rider muere en circunstancias sospechosas, la vida del chico, de catorce años, da un giro y, en tan solo unos días, el joven pasa de escolar a superespía. Tras unos agotadores ejercicios de entrenamiento, Álex sale hacia su primera misión. Su destino es Cornualles, donde Herold Sayle, un multimillonario de Oriente Medio está fabricando sus superordenadores Stormbreaker.