«Cuando encontré a Wasserman, ni el perro se llamaba así ni yo podía imaginar la extraordinaria distancia que había recorrido hasta llegar a mí. Sólo ahora ;después de los amargos acontecimientos,
del arresto, de los problemas con la policía, y de que Wasserman y yo venciéramos al asqueroso tipo que nos amenazaba; me doy cuenta del largo trecho que recorrió.»
Wasserman es un perro. Talia le pone este nombre el día en que lo recoge agonizando en la calle, y con sus cuidados logra curarlo y sacarlo del estado de terror en el que se encontraba. Cuando el dueño del perro pretende recuperarlo (Wasserman tiene dotes muy especiales e impropias de un perro...) se precipitan varias amenazas sobre Talia, que con la ayuda de sus padres y de su amigo Guidi las hará
frente.