Aric avanzó por el terreno sembrado de cadáveres y ayudó a Gruber a levantarse. El viejo guerrero estaba salpicado de sangre pero vivo.--Ocúpate de Von Glick y cuida del estandarte. Dame tu caballo –le dijo Gruber a Aric. El joven desmontó y regresó junto al estandarte de Vess, mientras Gruber galopaba hacia la brutal refriega. Von Glick yacía junto al estandarte, que aún permanecía clavado en la tierra, rodeado por casi una docena de cadáveres de hombres bestia. En el salvaje mundo de Warhammer, oscuros poderes se concentran en torno a Middenheim. Sólo los nobles Caballeros Templarios de Ulric y sus aliados se alzan para defenderla contra los insidiosos servidores de la muerte.