Símbolo del esfuerzo de los hombres civilizados por integrarse en una naturaleza virgen, Diego Alvares Correa es el protagonista, a la vez real e imaginario, de este relato de aventuras situado en las recién descubiertas tierras brasileñas del siglo XVI.
Convertido por los indios habitantes de la selva en Caramurú, Diego vivirá también una intensa historia de amor, superadora de cualquier tipo de diferencias.
Esta obra constituye ante todo una invitación a combatir prejuicios culturales, históricos y raciales, diluidos en un mestizaje integrador.