Para bien o para mal, Wagner es la figura más influyente en la historia de la música. Creaciones tan colosales como El anillo del Nibelungo, Tristán e Isolda y Parsifal sirvieron en el arte como modelos de obras osadas en la forma, como ejemplos en la creación de mitos, la libertad erótica y especulación mística. En Wagnerismo, Alex Ross restaura la magnífica confusión de lo que significa ser wagneriano: un pandemonio de genios, locos y profetas que luchan por el legado multifacético del compositor, y convierte la experiencia de lectura en un constante descubrimiento a través de esas figuras, de Nietzsche, Van Gogh, Dalí y Buñuel a Baudelaire, Virginia Woolf o Proust.
En muchos sentidos, Wagnerismo cuenta una historia trágica. Un artista que podría haber rivalizado con Shakespeare en alcance universal se ve arruinado por una ideología de odio. Aun así, su sombra perdura sobre la cultura del siglo XXI y sus motivos míticos recorren películas de superhéroes y fantasía. Ni una apología ni una condena, Wagnerismo es una obra de apasionante descubrimiento, que nos ofrece una idea más honesta de cómo actúa el arte en el mundo.