Las emociones son el motor que nos impulsa, que nos permite adaptarnos al medio y sobrevivir día a día. Resulta paradójico que nos digan que debemos aprender a pensar de forma racional cuando esta función es de las últimas en madurar. Por tanto, ¿no tendrá más sentido escuchar también a nuestras emociones, que nos acompañan desde el primer día de vida?
Durante sus primeros años, los niños deben conocer todos los estados emocionales. Lo importante es que aprendan a manejar sus emociones en lugar de dejarse dominar por ellas. Solo así crecerán felices.
A través de este libro descubrirás cómo van emergiendo y evolucionando desde la infancia y cómo ayudar a tu hijo a gestionarlas, para que te sientas acompañada y segura durante la crianza.