Un cuento ilustrado para sensibilizar y acercar la realidad de niños y familias con trastorno del espectro autista a partir de un hecho cotidiano como es ir el primer día a la escuela y encontrarse con nuevos compañeros, la maestra, un nuevo espacio, en definitiva, nuevas rutinas. El cuento, al estar ilustrado, permite que las maestras puedan mostrar las ilustraciones a los niños y ellos puedan expresar lo que refleja la ilustración. La música es un gran vehículo para poder desarrollar la inclusión educativa de estos niños y familias.