En 1939 Alemania marcha hacia Polonia para conquistarla con una guerra relámpago. Italia se declara país no beligerante mientras que Reino Unido y Francia declaran la guerra a Hitler. Sin embargo, testigo de la rapidez del ejército nazi, Mussolini se convence de que todo terminará pronto y en abril de 1940 decide también entrar en el conflicto. Scurati retrata aquí la pérdida de las colonias, la trágica campaña de las tropas italianas en Rusia, donde fallecieron casi cuarenta mil soldados alpinos, el nacimiento del movimiento partisano y el fin de Mussolini, hasta llegar al desembarco de los aliados en las costas sicilianas en el abril de 1943. En esta cuarta entrega de la tetralogía se acaba dibujando el mapa geopolítico europeo que conocemos hoy en día.