La reflexión sobre el arte y el artista ocupa un lugar central en la obra teórica y literaria de J.R.R. Tolkien, en particular respecto a la artesanía de las palabras, a la sub-creación y al mito. Pero esta reflexión se inserta en una tradición sapiencial de siglos que es primordialmente una cosmovisión que abarca a Dios, al hombre y al mundo, y que pervive en el hacer poético: en ese uso extraordinario del lenguaje que nos entrega la verdad originaria. Aquella de la que está tan sediento el corazón humano, sobre todo en estos tiempos de penuria , de nihilismo y de desamparo. Tolkien sigue apareciendo en nuestro mundo moderno como aquel relámpago en un cielo claro que preconizaba C.S. Lewis.